sábado, 15 de marzo de 2008

El “avispero” libanés

El "Ave Fenix" de oriente

El conflicto libanés es uno de los más difíciles de entender. Esto se debe ante todo a la tradicional incomprensión por parte de “occidente” de la realidad del mundo Oriental. Derechistas, izquierdistas, cristianos, maronitas, musulmanes, palestinos, armenios, drusos, Siria, Israel, norteamericanos… los actores del tablero de ajedrez libanés son numerosos. Sin embargo el mayor error de “occidente” es su costumbre de mirarlo todo desde su propio prisma. Para entender el conflicto de Oriente Próximo, del que forma parte el Líbano, hay que conocer que hay detrás de cada término, para de esa manera usarlo con rigor. Hay que saber hay detrás del término maronita para entender el porqué de las posturas tomadas por esa comunidad. Para esto hay que conocer su historia, pero occidente parte de su propia historia para analizar la historia de estos estados.
Eduardo Galeano escribió: “Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí vivían, ¿eran ciegos?”. Galeano describe con ironía la posición de los europeos ante el descubrimiento de América, llegaron ellos y trajeron la civilización, antes de ellos la nada. Del mismo modo el Líbano ha sido descrito como un estado nuevo producto de la época colonial, surgido tras el fin de la I Guerra Mundial, antes de ellos la nada. Un estado nuevo, por lo tanto sin una continuación histórica. Sin esta continuación histórica es imposible entender el Líbano actual.
Historia del Líbano, un país inventado
La guerra civil no tuvo su origen, como se ha dicho, en la llegada de los refugiados palestinos que puso en peligro el frágil equilibrio libanés. Las guerra de 1975 tiene su origen y explicación en 1920. Si el origen de la guerra se encuentra en 1920, se sitúa, por tanto, cuando se inició la época colonial. Las causas de la misma son, por tanto, “occidentales” no orientales. Todo comienza en 1916 con el acuerdo Sykes-Picot en él Inglaterra y Francia se reparten el Asia otomana, pensando ya en la derrota del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial. Otro tercer estado firma ese acuerdo, sin embargo permanece en la sombra. Ese estado es el Vaticano, que proyectaba la creación de un Estado Católico en el litoral sirio. Es el primer intento de convertir esta tierra en un “Estado Tapón”. Esta ficha del ajedrez –el Vaticano- no aparece en el tablero, más aun cuando las falanges cristianas y sus líderes le tienen “obediencia debida” por medio de su Patriarca. El Asia Otomana lo formaba el actual Irak, Siria, Líbano, Jordania, Palestina, e Israel. En el reparto Francia se adjudica lo que hoy seria Siria y Líbano. No se habla de estados, solo de zonas de influencia. ¿Por qué se habla de estados para la Europa Otomana y en la Asia Otomana de “zonas de influencia”?
Los aliados al ver la dificultad de vencer al Imperio Otomano suman otros dos actores. Los judíos sionista, a los que se les ofrece un “hogar” en palestina; y los árabes, a los que se les ofrece su independencia. Cuando el imperio otomano cae, al finalizar la Primera Guerra Mundial, las tropas aliadas no derraman una sola gota de sangre al entrar en ciudades otomanas como Damasco. El motivo es que estas ciudades ya no eran otomanas sino árabes. El traspaso de poder ya se había realizado, en Damasco ya ondeaba la bandera verde, blanca y negra de los árabes. El Imperio Otomano no ejercía un yugo sobre los pueblos de Asia, como se ha hecho creer -y por supuesto esos pueblos no eran más que tribus locales incapaces de autogobernarse, otro error-. Entre estos pueblos y el imperio existía un pacto de seis siglos, ellos se sometían al imperio a cambio de que este ejerciera una función de protección sobre ellos. En el momento en que este imperio entro en declive y no pudo ejercer esta función el pacto se rompió.
Entre 1918 y 1920, mientras la potencias vencedoras de la guerra firmaban numerosos pactos y tratados para repartirse la zona, en el terreno el Estado Árabe iba tomando forma –ocupaba parte de Siria, pero su objetivo era expandirse por el norte de Irak, Líbano, Palestina y Jordania-, incluso el parlamento árabe, elegido por sufragio, llega a proclamar una constitución en 1920. En ese momento las tierras siguen siendo otomanas para occidente, pero el Estado turco –ya que en ese momento ya no existía el Imperio Otomano- ya no tiene soberanía real sobre ese territorio, ese territorio es árabe. Hay que señalar algo de máxima importancia, el término árabe no hacía referencia a ninguna raza ni religión, es un término meramente cultural. Era la cultura la que unía irremediablemente a esos pueblos, ya fueran maronitas, drusos, chiíes, sunies, cristianos ortodoxos… Es decir, el Estado Árabe no se identificaba con ninguna religión ni etnia, era una simple organización administrativa plurinacional.
Ante la expansión de este Estado, los franceses deciden atacarlo militarmente en 1920 alegando su ilegalidad internacional. Los franceses derrotan a los árabes y se crea, ilegalmente, el Estado del Gran Líbano[1]. Entre 1919 y 1925, año en el que se proclama la ley mediante la cual se fijan las condiciones para ser ciudadano libanés, la potencia mandataria, Francia, actúa margen de la legalidad. En ese espacio de tiempo los habitantes de esa tierra legalmente no son otomanos, pero tampoco son libaneses, no existen. El estado del Líbano se proclama en 1920, pero no es hasta 1923 que se firma un acuerdo con el depositario legal de su soberanía, el estado turco, mientras tanto esas tierras son Territorio Enemigo Ocupado (TEO)[2], y según las leyes internacionales un TEO debe ser administrado militarmente hasta la llegada de un tratado de paz, no se puede formar un estado en un TEO.
El actual Líbano, de 1923 a 1941, vivió bajo la “tutela” de Francia. La Potencia Mandataria ejerció el poder político a través de la comunidad maronita. Las demás comunidades permanecieron marginadas de los organismos administrativos del Estado. Francia cambia el nombre del Estado en 1926; el Estado del Gran Líbano pasa a llamarse República del Líbano. Le “otorga” la Constitución de 1926. El Líbano proclama en 1941, durante la II Guerra Mundial, su independencia. Su soberanía plena no llega hasta 1943. Antes de ella dos comunidades, 2 de entre 7, la sunita y la maronita, firman un Pacto Nacional por medio del cual se reparten los principales cargos políticos entre las diferentes comunidades confesionales, y se garantiza, una vez se alcance la soberanía, la estabilidad política del Líbano. Francia no abandona el territorio hasta 1946. Curiosa cronología. ¿Cuándo se fundo el Líbano en 1916, 1920, 1923, 1926, 1941, 1943, o en, 1946 cuando no hubo un ejército colonial en su territorio? ¿Qué hubo en el Líbano entre 1918 -el fin de la I Guerra Mundial[3]- y el fin oficial del Imperio Otomano[4] en 1923?, ¿se tuvo en cuenta el deseo de las poblaciones para la proclamación del Estado del Gran Líbano?
Los habitantes del actual Líbano vivieron durante 6 siglos en dos Estados Políticos o Estados por Institución[5]. El Imperio-Estado Otomano, y el Estado Árabe de 1918 a1920. La Constitución de 1920 es aprobada en un Parlamento elegido por los habitantes del Vilayato Sirio-Palestino. A partir de 1920 y hasta 1943, por la “Fuerza Natural” vivieron en un Estado por Adquisición. El Estado de Adquisición dio paso de nuevo a un Estado Político en 1943, el Pacto Nacional. Una fórmula no escrita que estipulaba la división del poder en un triunvirato entre maronitas, chiíes y sunís, con un presidente de la República maronita, que tenía el poder real.
Las diferentes comunidades
Las grandes comunidades religiosas que existían en el Líbano durante el dominio otomano –y que se mantienen en la actualidad con pocas diferencias-, sunitas, chiitas, maronitas, griegas ortodoxas, y drusas[6], no formaban parte del Estado otomano, no estaban sometidas al Estado-Imperio Otomano, eran el Estado-Imperio Otomano. Ellas lo hicieron viable hasta 1918. Las comunidades religiosas –“Naciones”, como las llamaba el Estado Otomano- se mantuvieron independientes a lo largo de los 6 siglos que duro su Estado. No sufrieron ningún proceso de uniformidad, ni en su religión, ni en su lengua, ni en sus leyes. El Imperio Otomano era un estado federal de “naciones”, micro-estados, que habían realizado un pacto. Existía una diferencia con lo que ahora entendemos por estado federal, compuesto por “naciones” con unos límites geográficos determinados cuyos poderes regionales gozan de autonomía para administrar el territorio. En este caso el estado federal estaba formado por “naciones”, con una organización interna semejante a la de un estado, pero con una particularidad, no estaban asentadas en una zona determinada sino diseminadas por todo el Estado. Allí donde estuviera un miembro de una comunidad confesional, nunca estaba sometido a las de la comunidad mayoritaria de esa zona, sino a las de la que perteneciese.
La guerra civil libanesa (1975-1990)
La guerra civil que tuvo lugar en el Líbano durante quince años fue un complicado enfrentamiento en el que era habitual que sus actores cambiaran de bando, una guerra de todos contra todos. En Líbano el ejercito tenia poco peso, de hecho prácticamente no intervino en el conflicto, cada comunidad tenia su milicia, cuando no más de una. El detonante fue la cuestión palestina. Durante los años 60 el Líbano era un país avanzado y relativamente en calma en comparación con sus vecinos. Líbano era llamado la Suiza de Oriente. Los palestinos habían llegado en diferentes oleadas al Líbano, pero fue a partir de la Guerra de los Seis Días de 1967 y la posterior ocupación de Gaza y Cisjordania por Israel, y de la feroz represión contra los palestinos en Jordania en el “Septiembre negro” de 1970, cuando el problema comenzó a tomar una dimensión mayor. Con los palestinos en el tablero el equilibrio de fuerzas empezó a cambiar, y los cristianos maronitas comenzaron a perder fuerza. Los enfrentamientos entre milicias eran ya habituales en 1975 cuando oficialmente comenzó la guerra. El 13 de abril de 1975, después del asesinato del guardaespaldas de Pierre Gemayel[7], una milicia falangista cristiana asesino a los 27 pasajeros de un autobús, todos ellos trabajadores palestinos. La espiral de violencia se recrudeció y en diciembre de 1975, tras encontrar los cuerpos de 4 cristianos asesinados, los falangistas asesinaron a 600 musulmanes como represalia.
En 1976 Siria interviene. Su ejército entra en territorio libanés, apoyado por EE UU, con el objetivo de frenar las aspiraciones de los palestinos y los diversos grupos de izquierdas que los apoyaban. Los enfrentamientos a varias bandas se suceden. Israel ataca a las Fuerzas Árabes de Disuasión (FAD), a los palestinos y a Siria, con quien esta a punto de caer en la guerra total. Milicias falangistas cristianas atacan a las tropas de la ONU, a los palestinos y al ejército sirio. Siria ataca a los palestinos, los guerrilleros palestinos atacan al ejército sirio y a Israel...
En 1982, tras el asesinato del embajador israelí en Londres, el ejército hebreo pone en marcha la operación “Paz en Galilea” e invade el Líbano. Llega hasta Beirut donde establece un cerco sobre Beirut Oeste, donde viven más de 200.000 personas, para obligar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a rendirse. El asedio de Beirut oeste dura desde el 18 de junio hasta el 21 de agosto, cuando Yasser Arafat y los líderes de la OLP salen de Beirut camino de Túnez bajo la vigilancia de tropas internacionales. Este hecho ha sido considerado como una la victoria maronita ya que su líder, Basir Gemayel, líder de las falanges cristianas, es nombrado presidente poco después.
El 14 de septiembre de 1982 Basir Gemayel es asesinado, su muerte se atribuye a un agente secreto sirio, como siempre, aunque también como siempre se intuye la mano de Israel. El 16 de septiembre el ejército israelí ocupa Beirut oeste, una vez fuera la OLP. Ese mismo día y bajo la vigilancia de los israelíes, las milicias falangistas entran en los campos de refugiados de Sabra y Chatila situados en Beirut Oeste. Su supuesto objetivo era encontrar y desarmar a miembros de la OLP en retirada, sin embargo lo que ocurrió fue una matanza de civiles palestinos que se alargo durante más de 30 horas[8]
Amin Gemayel es elegido para suceder a su hermano como presidente con el apoyo de los EE UU. En 1983 Israel se retira hasta la zona de seguridad al sur del rió Litani donde permanece hasta mayo de 2000. Esto provoca nuevos enfrentamientos entre drusos y milicias cristianas. Las fuerzas internacionales habían entrado en Líbano en 1982 como parte del operativo preparado para la salida de la OLP de Beirut. Estas tropas internacionales, formadas mayoritariamente por franceses y estadounidenses, se retiraron sin pena ni gloria del Líbano en febrero de 1984 después de sufrir numerosos atentados[9].
Se produjo entonces un recrudecimiento de los enfrentamientos entre las diferentes milicias. En 1988 finalizó el mandato de Amil Gemayel y éste designó a otro cristiano maronita y jefe de las fuerzas armadas, Michel Aoun[10], como primer ministro, violando el Pacto Nacional que exigía que el primer ministro fuera un sunita. Los grupos musulmanes rechazaron el nombramiento, creándose de este modo un doble gobierno, uno sunita en Beirut Oeste y otro maronita en el Este.
Un nuevo pacto
En 1989, los Acuerdos de Taif pusieron fin a la guerra, aunque en el terreno los enfrentamientos duraron algo más, y equilibraron algo los poderes entre las diferentes comunidades libanesas, restándole poderes al presidente y otorgando más al primer ministro y al presidente del parlamento[11]. En la actualidad el presidente es cristiano maronita. El primer ministro, musulmán sunita; el ministro del Interior, cristiano greco-ortodoxo; el presidente del Parlamento, musulmán chiíta; y el comandante de las fuerzas armadas, druso. Los Acuerdos de Taif también proponían la salida progresiva de las fuerzas armadas sirias, sin embargo, el apoyo sirio a la “Operación Tormenta del Desierto[12]” permitió que los EE UU dieran su visto bueno a la continuación de la presencia del ejército sirio en territorio libanés, donde se mantuvo hasta 2005. Sin la presencia siria, en junio de 2006 Israel volvió a atacar al Líbano.
El Líbano actual, retorno al Estado tapón
En la década de los 90 el Líbano se recupero poco a poco de sus heridas. En este momento entra en el tablero Rafia Hariri, un hombre unido al devenir del Líbano actual. Hariri, sunita, fue primer ministro de 1992 a 1998, con el apoyo de Arabia Saudí, Francia y Siria se hace dueño y señor del país y se enriquece a su costa[13]. En 1998, el nuevo presidente, Emile Lahud, se enfrenta al clan Hariri, con el apoyo de un sector del régimen sirio próximo al sucesor de Hafez El-Assad, su hijo Bachar[14]. Se elige un nuevo primer ministro. Lahud y el nuevo gobierno dan un amplio apoyo –político, moral y logístico- a Hezbolla. En el año 2000 la feroz resistencia de Hezbolla hizo que Israel abandonara la llamada zona de seguridad, la primera vez que el ejército israelí abandonaba un territorio ocupado sin contrapartidas. Esto dio una gran fuerza a esta milicia-partido chií, apoyada económicamente por Irán. Su fuerza también radica en la red social que ha tejido en el territorio libanés[15]. En 2000 Hariri vuelve al poder gracias a una gran movilización mediática y al apoyo de la vieja guardia siria. En 2000 Bachar Al-Assad sucede a su padre en la presidencia siria. Éste se deshace de la vieja guardia y da su apoyo al presidente libanés Emile Lahud, los dos son victimas de campañas mediáticas en su contra.
En 2004 el presidente sirio decide prorrogar tres años el mandato de Lahud, esto enfurece a los aliados del primer ministro Hariri y se ponen en marcha movilizaciones contra la presencia siria. Hariri pierde el apoyo de Siria, que lo había mantenido en el poder durante casi 15 años, pero conserva el de Francia y gana el de los EE UU -deseosos de tener un aliado en su lucha contra el “eje del mal” del que forman parte Siria e Irán-. Estos dos países promueven la resolución 1559 de la ONU que pone fin de forma brusca a la tutela siria y abre el paso a una nueva desestabilización del Líbano. En febrero de 2004 Hariri es asesinado, al instante EE UU y Francia acusan a Siria, como siempre, de estar detrás, aunque también como siempre se intuye la mano israelí. El Líbano vuelve a convertirse en un estado tapón entre el “eje del mal” sirio-iraní, y las potencias occidentales –representadas en este caso por Francia, EE UU e Israel-. Las tropas sirias abandonan el Líbano, los atentados se suceden, así como las manifestaciones y contra manifestaciones.
En 2005 unas elecciones bajo la vigilancia de la ONU aseguran la victoria a los prooccidentales opuestos al presidente que se organizan en el llamado grupo anti sirio, cuando habían sido el pilar de la influencia del país vecino durante 15 años –el enésimo cambio de bando-.
En junio de 2006 el hundimiento del Líbano se confirma con un nuevo ataque israelí. Israel destruye la mayoría de las infraestructuras civiles del país, borra del mapa los barrios musulmanes del sur de Beirut, inflingiendo un criminal castigo colectivo a la población del Líbano, y estableciendo un bloqueo marítimo y aéreo al país. Su supuesto objetivo es acabar con Hezbolla, y la excusa el secuestro de un soldado israelí en el sur del Líbano. En 33 días de conflicto mueren más de un millar de civiles libaneses, el ejército israelí entra en el sur del Líbano en agosto, al no poder detener con la aviación el lanzamiento masivo de misiles por parte de Hezbolla hacia el norte de Israel, que provocan 8 muertos durante las semanas que dura el conflicto. Sin embargo, Hezbolla se ha hecho fuerte desde la retirada de Israel del sur del Líbano en 2000, en dos días varios soldados de Israel mueren y éste acepta la mediación internacional para poner fin al conflicto. El número de bajas es infinitamente más alto del lado libanés y el país retrocede de golpe 15 años, pero el ejército israelí se retira sin conseguir sus objetivos, es la primera derrota bélica de Israel en toda su historia como país. Tropas internacionales se sitúan en el sur del Líbano con el apoyo de todas las partes, incluido Hezbolla. Supuestamente las tropas del ejercito libanés deberían asentarse en el sur junto con las de la ONU y desarmar a la milicia de Hezbolla, en realidad Hezbolla sigue teniendo el control de la zona.

Conclusión
El Líbano es una especie de estado híbrido, en parte estado nación articulado alrededor de los cristianos maronitas, en parte estado plurinacional. El gran problema es que el estado nación se sostiene sobre el confesionalismo, esa extraña forma de reparto del poder entre comunidades confesionales. Si se pusiera fin a ese confesionalismo y venciera el estado plurinacional democrático, los musulmanes serian una amplia mayoría y el dominio de los estamentos políticos por parte de los maronitas tocaría a su fin. Eso es en parte lo que reclama Hezbolla en este momento, después de haber abandonado sus diputados el parlamento libanés pidiendo que se les de una mayor presencia en él.
Además esta frágil estabilidad es aprovechada por las grandes potencias –EE UU, Francia, Israel, Arabia Saudí, Siria, Irán…- para defender sus intereses en esta convulsa y estratégica región. La teoría del “Caos Constructor[16]” que los EE UU aplican en Afganistán e Irak es aplicada aquí por su brazo ejecutor, Israel. Además son muchos los que desearían una partición del Líbano en tres, una para Siria, el sur para Israel –aprovechando para solucionar así su problema con los refugiados palestinos diseminados por toda la zona, dándoles un “hogar palestino” allí-, y el norte para los cristianos maronitas –donde gracias a la “limpieza étnica” llevada a cabo en la Guerra Civil son mayoría y podrían crear su deseado estado nación cristiano- sin embargo esto crearía en el sur un nuevo territorio ocupado donde Hezbolla ejercería su resistencia, al estilo de Hamas en Gaza, pero con mucho más potencial bélico, enquistando el conflicto. Probablemente la solución más justa sería poner fin al confesionalismo y dotar al Líbano de un sistema democrático real, algo que lógicamente llevaría a un gobierno musulmán con gran presencia de los chiís de Hezbolla –de este modo se terminaría con ese estado en la sombra que es actualmente la milicia partido-, sin embargo los intereses de los maronitas, y sobre todo de los EE UU –ya que sería previsible un alineamiento de este gobierno libanés con su gran enemigo, Irán- hace impensable esta solución.
Es una situación común en todo Oriente Próximo, Occidente fomenta dictaduras o “democracias a medida” para no dar la voz a un pueblo que en la gran mayoría de los casos otorgaría el poder a grupos islamistas, el gran enemigo occidental tras la caída del comunismo, después de haber sido el gran aliado contra esté –véase el caso de Argelia, donde en los años 90 los islamistas ganaron y el gobierno declaro nulas las elecciones; el notable crecimiento de los Hermanos Musulmanes en Egipto y otros países gobernados por dictaduras; o la victoria de Hamas en Palestina y el posterior bloqueo económico occidental-. Se continua sin comprender Oriente, al igual que en 1920, y se mantiene la idea de que son pueblos incapaces de gobernarse de forma autónoma, simplemente porque no votan lo que Occidente desearía, sin comprender que es la situación de pobreza, exclusión y desesperación, así como las constantes ofensas de Israel y EE UU, las que los empujan al islamismo radical, el único grupo que se erige como defensor de los intereses de estos pueblos –véase el ejemplo de Gaza, donde un millón y medio de personas sobreviven en una cárcel de donde no se puede salir ni entrar, prácticamente sin agua, electricidad o alimentos de primera necesidad y bajo los constantes ataques del ejército israelí. Cuando no te queda nada y todos te han abandonado solo te queda dios, en este caso Alá-. Mientras la visión de occidente/cristianos/civilización opuesta a oriente/musulmanes/barbarie continué en la mente de los grandes mandatarios internacionales no habrá solución posible.
[1] El nuevo estado toma el nombre del Viyarato de Monte Líbano, una entidad administrativa al estilo de una provincia, que formaba parte del Imperio Otomano. Esta entidad es una de las tres que formaban el actual Líbano, y era en la que eran mayoría los cristianos maronitas, aliados tradicionales de Francia.
[2] De acuerdo con Segunda Conferencia de la Haya, después de un conflicto armado, los territorios enemigos son territorios T.E.O. “Territorios Enemigos Ocupados” a la espera de una Conferencia de Paz. Mientras tanto, hay que dividir el territorio en jurisdicciones militares.
[3] Armisticio de Moudros
[4] Tratado de Lausana entre el Imperio Otomano y las potencias vencedoras.
[5] El Estado, según la definición de Hobbes, puede adoptar dos formas; el Estado Político y el Estado por Adquisición: “Este poder soberano puede generarse de dos maneras, por la “Fuerza Natural”, como cuando un hombre hace que sus hijos se sometan a su gobierno. O puede producirse de otra manera cuando los hombres acuerdan entre ellos mismo someterse voluntariamente a algún hombre o una asamblea confiando que serán protegidos por ellos frente a los demás. A esta modalidad puede dársele el nombre de Estado Político o Estado por Institución, y a la primera el de Estado por Adquisición”.
[6] Como decimos éstas son las 7 grandes comunidades, oficialmente son 18. En la actualidad existen en Líbano solamente entre los cristianas 11 comunidades: Maronita, griega ortodoxa, griega católica-melkita, comunidad armenia-gregoriana ortodoxa, la armenia católica, la sirio católica, la sirio ortodoxa, la asiria caldea nestoriana, la comunidad caldea, la comunidad latina, la comunidad evangélica.

[7] La familia Gemayel, al igual que la Hariri, esta estrechamente relacionada con la historia reciente del Líbano. Pierre Gemayel, cristiano maronita, fue el fundador del partido Falange Libanesa, basado en la Falange española. Sus milicias fueron las responsables de la matanza de cientos de civiles palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Chatila en 1982. Su hijo Amin Gemayel fue presidente del Líbano entre 1982 y 1988, su nieto Perre Amin Gemayel era ministro de industria cuando fue asesinado en noviembre de 2006.
[8]En la matanza de Sabra y Chatila murieron entre 300 y 4.000 palestinos según las fuentes. Ariel Sharon, ministro de Defensa en ese momento, fue apartado de su cargo por encontrársele “responsable indirecto”.
[9] Los más importantes fueron el atentado contra la embajada estadounidense en abril de 1983, donde murieron 63 marines; y el atentado simultaneo de octubre de ese mismo año donde murieron 58 paracaidistas franceses y 256 marines americanos.
[10] Michel Aoun fue tradicionalmente un acérrimo enemigo de Siria. Se enfrento al ejército sirio tras los acuerdos de Taif, por encontrar que estos no eran suficientemente exigentes con respecto a la salida de Siria del Líbano. El ejército sirio derroto a su milicia y Aoun se exilio en Francia. En una inexplicable e inesperada vuelta de tuerca, otra más, Aoun se alió políticamente con Hezbolla, la milicia-partido apoyada por Irán y Siria, tras su regreso al Líbano en 2005, y actualmente forma parte del llamado bloque pro sirio.
[11] Además de esto, los Acuerdos de Taif ampliaron el numero de diputados a 128 que se reparten en partes iguales entre cristianos y musulmanes, anteriormente el numero era de 67 lo que daba uno más a los cristianos. Este reparto en partes iguales es uno de los problemas del Líbano. Continúa otorgando a los cristianos mucho más poder del que tendrían realmente si todos los diputados libaneses fueran elegidos por sufragio, ya que la mayoría de la población es musulmana.
[12] En 1990 tropas internacionales comandadas por EE UU atacaron a Irak como respuesta a la invasión de Kuwait por parte de éste. Fue la Primera Guerra del Golfo, también llamada “Operación Tormenta del Desierto”
[13] En el periodo de gobierno de Hariri la deuda externa del Líbano paso de 2.000 millones de dólares a 40.000 millones, esta deuda ha sido achacada a la reconstrucción, sin embargo se calcula que la reconstrucción no ha costado más de 7.000 millones –dato obtenido de “El estado del mundo en 2007” ed. Akal-.
[14] Actual presidente de Siria.
[15] Durante los ataques israelíes contra el Líbano en 2006, los voluntarios de Hezbolla eran la única ley que existía en muchas zonas, se los podía ver vigilando los edificios bombardeados para evitar saqueos. Así mismo, es Hezbolla quien ha ayudado económicamente, con dinero iraní, a los que perdieron su hogar durante los bombardeos. Hezbolla es el estado real en muchas zonas del Líbano.
[16] Ver artículo en Red Voltaire: “Líbano como nuevo objetivo. Los neoconservadores y la política del «caos constructor» por Thierry Meyssan. [http://www.voltairenet.org/article142563.html]